En 1865, una decisión real dio lugar a otra serie de manifestaciones populares, que originaron la famosa "Noche de San Daniel". Esto ocurrió el día 10 de abril. El motivo, fue la propuesta de Isabel II de ceder al Estado el setenta y cinco por ciento de la venta de los bienes del patrimonio real, quedándose la Casa Real el veinticinco por ciento restante.
La "generosidad" de la reina provocó una revuelta estudiantil y social duramente reprimida. La decisión no fue bien acogida puesto que vendía unos bienes que, en términos estrictos, no eran suyos. Tanto el gobierno como el ayuntamiento se manifestaron a favor, ya que con ese dinero resolvían las dificultades económicas que tenían. Sólo algunos políticos se opusieron, y una voz se alzó con fuerza en contra de la propuesta, la de D. Emilio Castelar, en el periódico "La Democracia".
Y lo hizo con vehemencia y con palabras como las siguientes: "... desde el punto de vista político, es un engaño; desde el punto de vista jurídico, una usurpación; desde el punto de vista legal, un desacato a la ley; desde el punto de vista popular, una amenaza a los intereses del pueblo".
Como su autor era catedrático de Historia de España en la universidad central, el gobierno presionó al rector de la universidad para que le expedientase. Al no aceptar el rector también fue apartado de su cargo. Esto fue lo que provocó las protestas estudiantiles, que terminaron con 12 muertos y unos 200 heridos, por las descargas de una compañía de la Guardia Veterana.
Los estudiantes de la Universidad Central de Madrid realizaban una serenata en la Puerta del Sol de apoyo al rector de la misma, Juan Manuel Montalbán, que había sido depuesto por orden gubernamental por no haber destituido a varios catedrático, entre ellos Emilio Castelar y Nicolás Salmerón. Por la tarde, estudiantes, obreros y representantes del Partido Demócrata y del Progresista acudieron a la Puerta del Sol desde distintos puntos con la intención de ofrecer una nueva serenata. Al llegar cerca de Sol, el Ministro González Bravo ordenó a la Guardia Civil cargar contra los manifestantes. En la zona se encontraba también una unidad de Infantería y otra de Caballería que habían sido movilizadas en la mañana para la ocasión. En total unos mil hombres armados. A la orden de González Bravo se produjeron diversas cargas, con disparos y bayoneta calada. Los manifestantes se dispersaron por las calles adyacentes y trataron de colocar barricadas sin conseguirlo ante la actuación de la Caballería. Durante las sucesivas oleadas murieron catorce manifestantes y ciento noventa y tres fueron heridos de diversa consideración.
Un pronunciamiento, en septiembre de 1868, encabezado por los generales Serrano, Prim y Topete, mientras la reina veraneaba, dio paso a un periodo revolucionario. El triunfo de las tropas levantadas, provocó la liberación de los presos políticos recluidos en el cuartel de San Francisco, así como las manifestaciones estudiantiles, que aún tenían cerca el recuerdo de la noche de San Daniel y que recorrieron la ciudad arrancando todos los escudos reales que encontraban a su paso. Aunque con tres años largos de retraso, los estudiantes habían vencido a la reina, que se iba al exilio.
Aspecto de la Puerta del Sol durante la noche de San Daniel
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