26 de agosto de 2012

Las empresas que vendieron su alma a los nazis


Las empresas que vendieron su alma a los nazis

uniformes ss
Uniformes SS de Hugo Boss.

Da miedo lo eficientes que fueron los nazis dirigiendo a un país entero, incluyendo su población e industria, hacia sus funestos objetivos. Hay tres grandes empresas que se suelen mencionar siempre como colaboradoras con los nazis. Hugo Boss que diseñó los intimidantes uniformes de las SS (así como las monótonas camisas marrones de las SA y las juventudes hitlerianas); Volkswagen que diseñó el escarabajo a instancias de Hitler y los produjo como salchichas usando mano de obra esclava; e IBM que diseñó las fichas perforadas que sirvieron para sistematizar la exterminación de personas por raza y clase.
Sin embargo, estas no fueron las únicas empresas que actuaron conjuntamente con los nazis, otros grandes negocios mundiales reconocibles hoy en día también vendieron sus almas al diablo de distintas maneras, y puede que le sorprendan algunos de los nombres que aparecen a continuación.
Chase Bank
Pensándolo bien, la colaboración de Chase Bank (ahora J.P. Morgan Chase) con los nazis no es tan sorprendente. Uno de sus accionistas más importantes, J.D. Rockefeller, fundó directamente los experimentos eugenésicos antes de la guerra. Entre 1936 y 1941, Chase y otros bancos estadounidenses ayudaron a los alemanes a recaudar más de 20 millones de dólares, que suponen un importe neto de comisión de 1,2 millones de dólares, de los cuales Chase se embolsó unos 500.000 dólares. Eso era mucho dinero en la época. El hecho de que los marcos alemanes utilizados para financiar operaciones proviniesen de los judíos que habían huido de Alemania no parece molestar a Chase, de hecho su negocio aumentó después de la noche de los cristales rotos (la noche en la que los judíos de la Alemania y Austria nazis fueron atacados por grupos en 1938). Chase también congeló las cuentas de los judíos franceses en la Francia ocupada antes de que los nazis les hubieran pedido que lo hicieran.
Ford
El propio Henry Ford era un conocido antisemita y publicó una colección de artículos bajo el encantador título The International Jew: The World’s Foremost Problem (El judío internacional: el mayor problema del mundo). Incluso patrocinó su propio periódico que utilizada como herramienta propagandística, culpando a los judíos de la Primera Guerra Mundial y, en 1938, recibió la Gran Cruz del Águila alemana, la medalla nazi de mayor nivel concedida a ciudadanos extranjeros.
La operación alemana de Ford produjo una tercera parte de los camiones militares utilizados por el ejército alemán durante la guerra, realizando mucho del trabajo los prisioneros. Lo que resulta aún más sorprendente es que Ford haya forzado a trabajar a mano de obra apenas en 1940, cuando el brazo americano de la compañía aún tenía pleno control.
Kodak
Cuando se piensa en Kodak, se imaginan fotos familiares y recuerdos capturados en una película, pero lo que hay que tener en cuenta es la mano de obra esclava que la filial alemana de la empresa utilizó durante la Segunda Guerra Mundial. Las filiales de Kodak en países europeos neutrales hicieron grandes negocios con los nazis, proporcionándoles tanto mercado para sus productos como valiosa divisa extranjera. La filial portuguesa incluso envió sus beneficios a la de La Haya, que estaba ocupada por los nazis en aquel momento. Además, esta empresa no solamente hacía cámaras, diversificaron el negocio y producían gatillos, detonadores y otros artículos militares para los alemanes.
Coca-Cola
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Fanta es una bebida con sabor a naranja que originariamente fue diseñada específicamente para los nazis. Es cierto, los ingredientes para la cola que dan su nombre a la marca eran difíciles de importar, por lo que el director de operaciones alemán de Coca Cola, Max Keith, propuso una nueva bebida que se pudiera realizar con los ingredientes disponibles.
En 1941, Fanta se estrenó en el mercado alemán. El propio Max Keith no era nazi, pero sus esfuerzos por mantener viva la actividad de Coca-Cola durante la guerra hicieron que la compañía se embolsara importantes beneficios y que pudiera volver a distribuir coca cola a los militares americanos que se encontraban en Europa tan pronto como acabó la guerra.
Allianz
Allianz es la duodécima mayor empresa de servicios financieros del mundo. Fundada en Alemania en 1890, no resulta sorprendente que fueran la mayor aseguradora alemana cuando los nazis llegaron al poder. Como tal, enseguida se implicó en el régimen nazi. Su consejero delegado, Kurt Schmitt, también era el Ministro de Economía de Hitler, y la compañía aseguró las instalaciones y personal de Auschwitz. Su director general estaba al frente de la política que pagó al estado nazi en lugar de a los beneficiarios de los judíos afectados por la noche de los cristales rotos. Además, la empresa trabajó estrechamente con el gobierno nazi para localizar las pólizas de seguro de los judíos alemanes enviados a los campos de la muerte y, durante la guerra, aseguró las propiedades de las que despojaron a esos mismos judíos en nombre de los nazis.
Novartis
Bayer, aunque conocida por sus orígenes como una subdivisión del productor que fabricó el gas Zyklon B gas utilizado en las cámaras de gas nazis, no es la única empresa farmacéutica con esqueletos en el armario. Las empresas químicas suizas Ciba y Sandoz se fusionaron para constituir Novartis, más conocida por su famoso fármaco, Ritalin. En 1933, la filial berlinesa de Ciba despidió a todo el consejo de administración y lo sustituyó por personal ario más «aceptable». Entretanto, Sandoz estaba ocupada haciendo lo mismo con su presidente. Las empresas produjeron tintes, fármacos y productos químicos para los nazis durante la guerra. Novartis confesó su culpabilidad e intentó corregirlo como otras compañías cómplices aportando 15 millones de dólares a un fondo suizo de compensación a las víctimas de los nazis.
Nestlé
En 2000, Nestlé aportó más de 14,5 millones de dólares a un fondo para intentar afrontar las reclamaciones por la mano de obra esclava que presentaron los supervivientes del holocausto y organizaciones judías. La empresa ha admitido que compró una compañía en 1947 que utilizó mano de obra forzosa durante la guerra y también ha declarado que «también es cierto o se puede asumir que algunas empresas del grupo Nestlé con actividad en países controlados por el régimen del Nacional Socialismo (nazismo) tenían trabajadores esclavizados». Nestlé contribuyó a la financiación del partido nazi en Suiza en 1939 y acabó ganando un contrato muy lucrativo, siendo el suministrador de todo el chocolate del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
BMW
BMW ha admitido que utilizó hasta 30.000 trabajadores forzados durante la guerra. Estos prisioneros de guerra, trabajadores esclavos y presos de los campos de concentración, produjeron los motores para la Luftwaffe y fueron obligados a ayudar al régimen a defenderse de aquellos que estaban intentando salvarles. BMW centrada únicamente en aviones y motocicletas durante la guerra, no tenía otra pretensión que ser el proveedor de la maquinaria de guerra de los nazis.
General Electric
En 1946 General Electric recibió una multa por parte del gobierno estadounidense por sus nefastas actividades durante la guerra. En colaboración con Krupp, una empresa productora alemana, General Electric de forma intencionada y artificial subió el precio del carburo de wolframio, un material de vital importancia para los metales de la maquinaria necesaria para la guerra. Aunque solo le impusieron una multa de 36.000 en total, General Electric ganó entorno a 1,5 millones de dólares de esta estafa solo en 1936, obstaculizando el esfuerzo por ganar la guerra y aumentando el coste para derrotar a los nazis. GE también compró acciones de Siemens antes de que estallase la guerra, convirtiéndose en cómplice del uso de mano de obra esclava para construir las mismas cámaras de gas donde muchos de los trabajadores afectados fallecieron.

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