3 de mayo de 2012

Muere Tomás Borge, comandante sandinista

Tomás Borge Martínez era el último superviviente del grupo de estudiantes que en 1961 fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la guerrilla que puso fin a cuatro décadas de dictadura de la familia Somoza en Nicaragua. Borge ha muerto a los 81 años en el hospital militar Alejandro Dávila Bolaños, en Managua, donde había sido ingresado el 6 de abril para someterse a una cirugía pulmonar.






Tras la entrada de la guerrilla en Managua el 19 de julio de 1979, Tomás Borge se puso al frente de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. Los sandinistas ganaron las elecciones de 1984, aunque no fueron aceptadas por EEUU, que impuso un boikot al país y financió a la contra nicaraguense, paramilitares de extrema derecha.

Tomás Borge nació en Matagalpa el 13 de agosto de 1930. Militante comunista, fue encarcelado en 1956 tras el asesinato de Anastasio Somoza García. Logró escapar de prisión y huir a Honduras. En 1977 fue nuevamente detenido, para pasar nueve meses en prisión en Tipitapa; Borges sería uno de los liberados tras la toma por la guerrilla del Palacio Nacional, donde sesionaba el Congreso, el 22 de agosto de 1978.

Después de pasar por varios países centroamericanos, en La Habana fraguaría junto a Carlos Fonseca, Francisco Buitrago, Jorge Navarro, Silvio Mayorga, Benito Escobar, Santos López, Pablo Úbeda, Noel Guerrero y Germán Pomares el futuro Frente Sandinista.

Borge se sumó a Carlos Fonseca Amador y otros para fundar en 1961 el Frente Sandinista de Liberación Nacional. El frente adoptó el nombre de Sandinista en memoria de Augusto César Sandino que combatió la intervención militar estadounidense en la década de 1930 en Nicaragua. Daniel Ortega, el actual presidente de Nicaragua, se sumó después al FMLN y se convirtió en dirigente del mismo.

Igual que Carlos Fonseca, Borge es uno de los muertos que nunca mueren, siempre estará presente en el Frente Sandinista. Borge era un fogoso orador, con una personalidad combativa y gran admirador de los gobiernos comunistas de Cuba y Corea del Norte. Su papel fue clave tanto en el derrocamiento de Anastasio Somoza Debayle como en el establecimiento de una junta y a continuación de la elección del Gobierno sandinista. Fue el centro de los ataques de los rebeldes conocidos como “contras” por el Gobierno de Ronald Reagan.

Nacido en el seno de una familia pobre el 13 de agosto de 1930 en Matagalpa, al norte de la capital, Borges abandonó la universidad antes de graduarse y se dedicó a la lucha contra la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua desde 1937 hasta su derrocamiento por los sandinistas en julio de 1979.

“Para una buena parte de los representantes de la Revolución Nicaragüense, Tomás Borge buscó encarnar la corriente libre y el carácter original del movimiento. Pronunció los mejores discursos, tuvo los gestos más grandes y disfrutó del contraste entre su personalidad legendaria y el Ortega introvertido y carente de gracia. Grandioso e impredecible, Borge podía ser severo por un lado y extremadamente generoso por otra. Era un buen amigo de sus amigos”, dijo a la AP la escritora y ex militante sandinista Gioconda Belli.

Agregó que después de 1990, “tengo la sensación de que él renunció a sus ilusiones revolucionarias. Su lealtad a Ortega fue pragmática y buscó salvaguardar su supervivencia política y económica. Ortega le dio la dimensión de símbolo revolucionario e hizo que se convirtiera en una sombra de sí mismo. Terminó como una figura tragicómica. Quienes conocimos su mejor lado lo recordaremos siempre”.

La liberación de un encarcelado Borge en 1978 fue la que llevó a los sandinistas a una de sus acciones más conocida y temeraria: la ocupación del Palacio Nacional y la toma de los legisladores como rehenes. La acción ejecutada en agosto aceleró la ofensiva sandinista que detonó en enero de 1978 con el asesinato del periodista opositor Pedro Joaquín Chamorro, ejecutado por supuestos sicarios somocistas.

En una entrevista concedida a La Prensa en años recientes, Borge se lamentó que solamente se le asociara con sus errores y no se valoraran algunos de sus hechos. Preguntado ese año cuál era el personaje que más admiraba, contestó: “Primero, a Fidel Castro. Segundo, a Fidel Castro. Tercero, a Fidel Castro. Cuarto, a Fidel Castro, Quinto, a Fidel Castro”.

El congresista Jacinto Suárez llamó a Borge “un personaje trascendente en la historia de Nicaragua no sólo como fundador del FSLN, sino por su lucha por liberar al pueblo de Nicaragua de la dictadura somocista… Lo conocí hace 40 años y siempre tuvimos un trato de compañeros y dado su carácter fuerte, era imposible no tener algún tipo de desavenencia con él”.

Los economistas calculan que los Somoza poseían alrededor del 20 % de las tierras fértiles del país, además de ingenios azucareros, bancos, haciendas ganaderas, flotas pesqueras, compañías de construcción, floristerías y otros negocios.

En 1956, Borge fue encarcelado y acusado de participar en una conspiración que culminó con el asesinato del entonces dictador Anastasio Somoza García por el poeta Rigoberto López Pérez. Pudo fugarse y se refugió sucesivamente en Honduras, El Salvador y Costa Rica. 

Regresó a Nicaragua en 1961, y junto con Carlos Fonseca Amador y otros fundó el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Unos 10 años después de su fundación, el FSLN inició acciones armadas en pequeña escala contra la dictadura.

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