Los italianos expresaron en las elecciones municipales su descontento con los partidos tradicionales, provocando una debacle de la derecha de Silvio Berlusconi, una alta abstención y la entrada en liza del humorista Beppe Grillo, convertido en portavoz mediático del movimiento contra la "partitocracia".
"Se acaba una época marcada por el liderazgo de la derecha, con Silvio Berlusconi como el líder que, de una manera u otra, lograba ganar las elecciones e imponer su visión del mundo", explicó a la AFP el sociólogo Antimo Farro.
Según los resultados parciales de la primera vuelta, el partido de 'Il Cavaliere' Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PdL), sufrió un verdadero revés y quedó excluido en varias ciudades de la segunda vuelta, prevista para el 20 y 21 de mayo próximos.
En dos ciudades relativamente grandes, Palermo y Parma, gobernadas hasta ahora por la centroderecha, los candidatos de izquierda fueron los más votados.
Si los resultados son confirmados, Palermo, la capital de Sicilia y la ciudad más grande de las convocadas a las urnas, tendrá como alcalde a Leoluca Orlando, un activista antimafia, apoyado por el Partido de la Refundación Comunista y los ecologistas.
Pero el golpe más duro lo sufrió el movimiento xenófobo Liga Norte, aliado clave de Berlusconi. "Un revés notable causado por los escándalos de corrupción", sostiene Farro, al recordar que el controvertido líder del movimiento antiinmigración, Umberto Bossi, su familia y colaboradores estrechos están sumidos en un mar de escándalos por fraude, financiación ilegal y hasta conexiones con la mafia calabresa 'Ndrangheta.
Un verdadero "tsunami" arrasó a los dos partidos que gobernaban al país hasta noviembre del año pasado, cuando fue designado el tecnócrata Mario Monti como jefe del Ejecutivo tras la dimisión de Berlusconi, agobiado por la grave crisis económica que azota a la península.
Para Pierluigi Bersani, líder de la mayor formación de izquierda, el Partido Democrático (PD), su partido salió "fortalecido", al ser el más votado, aunque la mayoría de sus candidatos no provienen de sus propias filas.
El resultado más sorprendente de los comicios es el obtenido por el Movimiento 5 estrellas del cómico Beppe Grillo, de 64 años, triunfador moral de los comicios. Grillo, que desde hace más de una década fustiga a la clase política por comportarse como una casta, el emblema de la "antipolítica", que suele comunicar vía web y denunciar a corruptos con ríos de investigaciones y cifras, es la nueva fuerza política que agita a Italia.
En la región de Veneto, su candidato, un ingeniero de 32 años, ganó en la primera vuelta la alcaldía de Sarego, unos de los feudos de la Liga Norte, en donde estaba instalado su "parlamento".
En Parma, el candidato de Grillo conquistó el 20% de los votos y se enfrentará en la segunda vuelta al representante del PD.
"El virus se expande", clamó Beppe Grillo, una suerte de "profeta" barbudo que en sus vibrantes alocuciones ataca al sistema, recibiendo luego acusaciones de demagogo, populista y "payaso" por parte de los políticos de profesión.
"¡Nos veremos en el Parlamento!", amenazó Grillo con su estilo provocador, confirmando además que va a proponer que Italia abandone el euro.
Para Massimo Gramellini, editorialista del diario La Stampa, los resultados de los comicios premian a la "antipolítica" y deben ser interpretados como una petición para que el sistema político realice "reformas urgentes".
Para el sociólogo Carlo Carboni, "es necesario" que Italia reforme su clase política y cuente con dirigentes que ofrezcan "esperanza y optimismo". Un reto que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, captó: "Hay que reflexionar sobre la política y sobre la relación entre las fuerzas políticas y los ciudadanos", admitió.
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