7 de enero de 2012

El punto subversivo como activismo optimista

"Hay feministas que ven en las tareas domesticas una oportunidad creativa, que hornean pan y pasteles, que tejen y cosen, que cultivan frutas y verduras y preparan encurtidos y conservas con la esperanza de que alguien valore más el trabajo de sus manos que el de las maquinas. Son las feministas "Pachamama". La lucha por restituir su prestigio y su valor a los campos de habilidades tecnicas tradicionales es otra causa feminista que se esta perdiendo". Germaine Greer.

Las tejedoras que se resisten a claudicar ante un mundo de reacciones puramente virtuales, han decidido a crear lazos materiales. Se reúnen en centros sociales, cafés y bares para desacelerarse haciendo tejido en dos agujas y ganchillo. Este fenómeno adquiere la forma de creaciones sorprendentes, de exquisitas esculturas y de un activismo optimista.

El Taller de punto subversivo pretende subvertir actividades destinadas al espacio privado para llevarlas a lo público, su objetivo: maquinar otras maneras de ser mujer. Porque queremos rescatar un sistema de relación basado en la cercanía, legitimar el trabajo cotidiano y el trabajo cuidado. Porque cuando tejes lo haces pensando en el otro. Porque queremos compartir el espacio y las bondades de dicho sistema con los hombres que conocemos.

La nueva onda de tejer se caracteriza por su movilidad: descansa en la idea de que cualquiera puede hacerlo en cualquier lugar y cualquier momento. Tejer en espacios públicos inesperados donde miles de personas pueden ver a hombres y mujeres dándole a las agujas y al ovillo.

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