Hamdin Sabahi
El discípulo de Naser
Hamdin Sabahi durante un acto de campaña en El Cairo. | Afp
- Este periodista e hijo de campesinos, su lema es 'uno de los nuestros'
- Promete colocar a Egipto en 2020 entre las 10 economías más competitivas
Sabahi, histórico azote de las dictaduras de Anuar el Sadat y Hosni Mubarak, es "uno de los nuestros", reza su propaganda electoral. Apoyado por más de 500 figuras ligadas a la revolución, este periodista de 57 años e hijo de campesinosagita su peculiar lealtad al ideario filosocialista del legendario Gamal Abdel Naser para alcanzar el trono del 'rais'.
El menor de 11 hermanos nació en 1954 en la ciudad costera de Baltim, a 200 kilómetros de la capital egipcia, poco después de que triunfara el golpe de Estado del Movimiento de los oficiales libres encabezado por Naser. Seducido por su socialismo árabe, ocupó en los 60 la presidencia del sindicato de estudiantes de la Universidad de El Cairo y se enfrentó en público a Sadat a propósito de la subida del precio de los alimentos.
Licenciado en Periodismo, fue redactor jefe del semanario naserista 'Karama' (Dignidad, en árabe) y ha sufrido cárcel en varias ocasiones. Su primera estancia entra rejas tuvo lugar en 1981 cuando se convirtió en el más joven de los 1.500 activistas e intelectuales arrestados por Sadat. Bajo el yugo de Mubarak, también padeció cautiverio en 1997 acusado de incitar las protestas de los agricultores contra una ley favorable a los terratenientes y en 2003 por su oposición a la invasión estadounidense de Irak.
Además de jurar fidelidad a sus credenciales naseristas, Sabbahiha mantenido intacto su beligerante discurso hacia el vecino Israel. En un reciente acto electoral se comprometió a suspender los acuerdos de paz de Camp David de 1979 si lograba la presidencia. Igual de crítico se ha mostrado con la Junta Militarque administra la transición desde la renuncia del caudillo al declarar con insistencia que la cúpula castrense debe rendir cuentas por las violaciones de los derechos humanos cometidas durante su mandato.
Casado con un activista especializada en los derechos de la mujer y la alfabetización, Sabahi goza de popularidad entre la clase trabajadora –castigada por los bajos sueldos y la inflación- y se ha ganado también a buena parte de los líderes de la revolución de 2011 que temen el avance islamista y abogan por el Estado civil.
Su mensaje cala entre los descontentos
Sus entrevistas televisivas durante la campaña electoral han logrado calar en aquellos sectores reticentes a entregar su voto a viejas figuras del régimen como Amro Musa y Ahmed Shafiq o islamistas como Mohamed Mursi o Abdel Moneim Abul Futuh. Sabahi ha tratado también de explotar su paso por la Asamblea Popular (Cámara Baja egipcia) en la que fue diputado desde 2000 hasta 2010 bajo las siglas del partido naserista 'Karama' que fundó en 1996.
En 2005 llegó a incluso a publicitar su deseo de competir por la presidencia con Mubarak en unas elecciones cocinadas de antemano en las que el dictador logró cerca del 90% de los sufragios. Finalmente renunció y lo intenta ahora, 15 meses después de unas revueltas en las que tomó parte desde la primera jornada.
En su programa promete colocar a Egipto en 2020 entre las 10 economías más competitivas del planeta y establecer un régimen democrático que vele por las libertades públicas y la justicia social. Sin embargo, su fascinación por Naser inquieta a quienes recuerdan aún las feroces políticas de nacionalización o la supresión de libertades políticas del general.
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