25 de noviembre de 2007

La izquierda se juega su futuro en las elecciones rusas

Los rusos acudirán a las urnas bajo la amenaza del autoritarismo

Por David Arrabalí

Las elecciones legislativas rusas que se celebrarán el 2 de diciembre son las primeras tras la reforma de la constitución, y constituyen el primer pulso entre el nacionalismo neoliberal y la oposición de izquierda, dividida en varias tendencias, de cara a los comicios presidenciales previstos para marzo del próximo año.

Los rusos acudirán a las urnas bajo la amenaza del autoritarismo en un esc
enario condicionado por la reforma constitucional que refuerza la tendencia bipartidista, donde medirán sus fuerzas principalmente el partido gubernamental, Rusia Unida (RU), encabezado por Vladímir Putin y Viktor Zubkov; y el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) de Guenadi Ziuganov.

El jefe del Kremlin, Vladímir Putin, anunció que no se presentará a las presidenciales de marzo ya que la constitución no le permite un tercer mandato, pero tomará parte en los comicios legislativos de diciembre encabezando la lista de Rusia Unida (RU), con la clara intención de convertirse en primer ministro y desde ese puesto seguir ostentando el poder real, por lo que probablemente será sustituido por el tecnócrata Viktor Zubkov al frente de la presidencia.

En estas elecciones se aplicará la nueva ley electoral que elimina el mínimo de participación para que los comicios sean válidos, establece la barrera electoral para obtener representación en el 7% y suprime la posibilidad de «votar contra todos». También aumentan los requisitos legales y económicos para poder inscribirse como nueva fuerza política para las elecciones.

Sin duda el primer interrogante por resolver es conocer la correlación de fuerzas entre el partido gubernamental, Rusia Unida y sus aliados, y la oposición de izquierda con sus distintas sensibilidades, encabezada por el Partido Comunista de la Federación Rusia (PCFR).

Los sondeos indican que sólo Rusia Unida (RU) con una intención de voto del 55%, y el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) con un pronóstico del 17% de apoyo, superarán la barrera de 7% y entrarán en el reparto de los 450 escaños de la Duma (Parlamento Federal).

Al margen de la confrontación entre nacionalistas neoliberales y la oposición de izquierda, se sitúan por debajo de la barrera electoral el Partido Liberal Democrático de Vladimir Zhrinovski (aliado de Putin) con un 6% y Rusia Justa, fuerza «izquierdista patriótica» heredera de Rodina (Patria) que apoya y es apoyada por el gobierno para desgastar a los comunistas, con un 4%.

Los liberales de Yávloko y la Unión de Fuerzas de Derechas (UFD) no han logrado ponerse de acuerdo para formar una coalición, y quedarían, según los sondeos, fuera de la cámara y muy alejados de las demás fuerzas políticas. La abstención se prevé superior al 50% del electorado.

El Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) celebró el pasado 22 de septiembre un congreso para preparar las elecciones legislativas y presidenciales, y tienen muchas posibilidades de éxito tras haber encabezado las movilizaciones contra la política neoliberal del presidente. Las perspectivas son muy buenas, con una intención de voto al alza, pretenden superar el 20% en las legislativas (100 diputados) y el 25% en las presidenciales.

La alianza opositora de izquierdas Otra Rusia, que codirige el ex ajedrecista Gary Kasparov con Eduard Limonov y su Partido Nacional Bolchevique, no participará en las elecciones legislativas, ya que la Comisión Electoral Central rechazó su solicitud tras examinar los documentos presentados para su inscripción. Kasparov, unos de los principales lideres de las protestas anti-putin, fue designado candidato del movimiento opositor izquierdista a las elecciones presidenciales de marzo.

*David Arrabalí es Analista Político especialista en política internacional.

4 de noviembre de 2007

Análisis de la situación del Movimiento Antiglobalización

La Izquierda y los movimientos antiglobalización recuperan la resistencia contra el neoliberalismo

Por David Arrabalí

Tras varios años de crisis y desmovilización social comienzan a recuperarse los movimientos antiglobalización, apoyados en muchos sitios por anarquistas, comunistas, socialistas verdaderos, y muchas otras fuerzas de La Izquierda que ejercen influencia en las masas.

En todo el mundo, especialmente en América Latina, surgen resistencias y luchas contra el neoliberalismo: contra la apropiación de los recursos naturales, contra el imperialismo y las guerras, contra el pensamiento único y la uniformización cultural, etc. Pero en Europa y otras regiones del mundo occidental hace años que La Izquierda y el movimiento antiglo
balización están en crisis por los procesos de desmovilización social y despolitización general a consecuencia del agotamiento del actual modelo de democracia representativa.

Ahora se ven síntomas de un nuevo resurgir del movimiento antiglobalización, y también de La Izquierda en aquellos lugares donde esta se implica en los movimientos sociales y en las luchas contra el modelo económico neoliberal. La experiencia de la contra cumbre en la ciudad alemana de Rostock para protestar ante la reunión del G8; los recientes procesos de unidad de la izquierda transformadora con fuerte presencia de sectores del movimiento obrero y los movimientos sociales en Italia y Alemania; y las movilizaciones y colaboración entre grupos políticos y sociales en lugares de la periferia europea con sistemas políticos complejos como Turquía o Rusia; parecen señalarnos, como sostienen activistas, que estamos ante un punto de inflexión o cambio de paradigma. Existen algunos elementos nuevos importantes a considerar en este retorno de los movimientos antiglobalización como la fuerte presencia y significación de sectores de la clase obrera organizada.

El movimiento antiglobalización reunió en Rostock a más de diez mil manifestantes, los activistas se coordinaron en red que es una de las características principales de esta forma de acción política. En la represión de las personas que protestaban contra la cumbre del G8 se produjeron más de 1000 detenidos y 500 heridos, se impidió el trabajo a periodistas de medios independientes y comunitarios, y activistas fueron encerrados en centros especiales y victimas de malos tratos por parte de policía.

Pocos días antes de la contra cumbre en otra ciudad alemana finalizaba el Congreso de Unidad por el cual se fundieron en una sola organización el Partido del Socialismo D
emocrático (PDS), el WASG (escisión de la socialdemocracia alemana), otros pequeños partidos trotskistas y marxistas-leninistas, sindicalistas del movimiento obrero y activistas de los movimientos sociales. La nueva organización resultante, DIE LINKE (La Izquierda) tiene un porcentaje de votos cercano al 10% y unas expectativas muy buenas de crecimiento por el pacto de gobierno ente la CDU (democristianos) y el SPD (socialdemócratas).

Este proceso de unidad coincidió con otro similar en Italia que recoge, desde la tradición comunista y socialista, influencias del zapatismo y de las lu
chas populares protagonizadas por los movimientos antiglobalización. Esta nueva formación política incorpora el discurso de los movimientos sociales con un fuerte componente del movimiento obrero, del pacifismo, del ecologismo político, del feminismo; y es profundamente laica, antirracista y antifascista.

En Turquía se producen grandes movilizaciones como resultado de la apuesta del gobierno por el modelo neoliberal. Acosado por La Izquierda y los movimientos sociales, en especial por el movimiento obrero, que protestan contra las privatizaciones y planes neoliberales, y por otro lado por el ejército que busca mantener sus privilegios, el gobierno turco se ha mostrado firme en su defensa del neoliberalismo.


La Izquierda y los movimientos sociales colaboran en Rusia convocando distintas movilizaciones para protestar contra la política neoliberal del gobierno ruso. En l
a última marcha que se celebró en San Petersburgo (Leningrado) miles de personas se manifestaron contra el neoliberalismo coincidiendo con la conferencia internacional en la que las autoridades rusas tenían previsto subrayar el crecimiento económico.

Enseñanzas para La Izquierda


La Izquierda y el movimiento antiglobalización desean cambiar el mundo, ambos estamos en contra del reparto extremamente desigual de la riqueza, consideramos que el
proceso de globalización neoliberal está produciendo una catástrofe en las condiciones medioambientales y una creciente precarización del trabajo, etc.

La ideología del movimiento bebe de las fuentes políticas de La Izquierda, pero está formado por grupos muy diversos con orígenes, objetivos y estrategias diferentes. No es un movimiento organizado ni se puede organizar sino que se trata de una red de diversos movimientos que se coordinan de forma horizontal y descentralizada. Es un mov
imiento de movimientos.

La Izquierda tiene que tomar como enseñanzas de estos últimos procesos que cuando se implica a fondo en el movimiento como un componente más, desde una perspectiva unitaria, con modestia, sin querer dirigir ni organizar los movimientos sociales, estando dentro y participando en todas las luchas sociales y frentes de masas, fortalecemos el movimiento y nos fortalecemos a nosotros mismos porque somos una misma cosa. La reciente experiencia de Rostock, de los procesos de unidad y recuperación de la izquierda transformadora en varios países europeos, y el auge de luchas sociales contra el neoliberalismo en la periferia europea, señalan ese camino: romper las fronteras entre lo político y lo social, ser un movimiento político y social.

La Izquierda debe estar presente en los movimientos sociales que se oponen a la globalización neoliberal del mismo modo que los movimientos antiglobalización deben recoger nuestra perspectiva porque formamos parte del mismo mundo radical. Por eso es muy importante esa idea positiva de intentar ver el movimiento contra la globalización neoliberal como un movimiento de movimientos. El movimiento antiglobalización representa la experiencia de muchos movimientos distintos, el movimiento como experiencia en la medida en que estoy con otros movimientos. Entonces se trata de buscar el espacio de La Izquierda dentro de ese movimiento antiglobalización, un espacio para hacer las cosas conjuntamente, sabiendo la diversidad que hay dentro.

No obstante, tampoco podemos obviar que existen ciertas diferencias internas y contradicciones. Slavoj Zizek plantea algunas limitaciones o retos del movimiento antiglobalización, principalmente dos: que muchas veces la resistencia colectiva no puede transformarse en un trabajo político en positivo por la ambigüedad de propuesta que conlleva la propia diversidad del movimiento; y que la acción directa como forma única de resistencia acaba haciendo el juego al sistema porque no propone alternativas políticas.

Francisco Fernández Buey señala también algunas de las cuestiones actualmente más controvertidas en el seno del movimiento de movimientos: si de lo que se trata es de reformar el mundo que conocemos o transformarlo; si se puede hablar o no de sujeto o de sujetos para ese cambio; si siguen valiendo los partidos políticos o más bien se necesita otra cosa, aún indefinida, entre la forma partido y la forma movimiento social; si, decidido esto, el movimiento de movimientos está abocado a mantenerse como anti-poder que va cambiando capilarmente el mundo que hay sin proponerse tomar el poder o sí, antes o después, tendrá que volver a plantearse aquel viejo asunto de la conquista del poder.

1 de noviembre de 2007

Premio Nobel de Literatura 2007

Premian con el nobel de literatura a Doris Lessing, insigne feminista de izquierdas

Por David Arrabalí

Nacida en 1919 en Kermanshah, Persia (actual Irán), es conocida por "El cuaderno dorado" (1962), obra cumbre de la literatura feminista. Nacida como Doris May Taylor, hija de un antiguo oficial del ejército británico que sirvió durante la I Guerra Mundial y una enfermera. En 1925 la familia se trasladó al sur de Rhodesia (actual Zimbabue).

Lessing contó aquellos años de infancia en la primera parte de su autobiografía, "Bajo mi piel" (1994). Tras asistir a una escuela de chicas en Salisbury (Reino Unido),
Lessing abandonó la escuela a los 14 años y empezó a trabajar en diversos empleos, desde niñera, telefonista, oficinista estenógrafa y periodista, e incluso publicó relatos breves.

En 1939 se casó con Frank Charles Wisdom, con quien tuvo un hijo, John, y una hija, Jean. Se divorciaron en 1943. Dos años después se casó con Gottfried Lessing, un inmigrante judío-alemán a quien había conocido en un grupo marxista comprometido con la cuestión racial. Tras tene
r un hijo la pareja se divorció en 1949.

La novelista se trasladó con su hijo a Londres, donde fijó su carrera como escritora. Militó en el Partido Comunista Británico entre 1952 y 1956, y participó en las campañas contra las armas nucleares. Por su crítica al régimen surafricano se le prohibió entrar al país durante casi 40 años.También se le vetó la entrada a Rodhesia por la misma razón. Durante los últimos 25 años, Lessing ha vivido en Londres, en el mismo barrio, tomado parte activa en la vida del barrio.

La obra de Lessing aborda una gran variedad de asuntos, desde la cuestión de la identidad, la salud mental o locura. Su escritura ha evolucionado, desde la crítica social de tipo comunista de sus primeros textos, como The grass is singing, a las investigaciones de tipo psicológico, como El cuaderno dorado, u otras obras de ciencia ficción como la serie Canopus.


Dice Lessing que lo que más ilusión le ha hecho de haber ganado el nobel es que Gabriel García Marquez la hubiese telefoneado personalmente para felicitarla.

30 Aniversario del asesinato de Manuel García Caparrós


«Hoy ha muerto García Caparrós»


Por Rosa Burgos

Uno de los objetivos de la Ley de Memoria Histórica es el de compensar a quienes fallecieron durante la Transición en defensa de las libertades y derechos democráticos, pero no todas las víctimas van a ser iguales en el proyecto de esta ley pues en el artículo diez se regula el reconocimiento y las indemnizaciones a favor de las personas fallecidas durante el tiempo comprendido entre el 1 de enero de 1968 y el 6 de octubre de 1977.

García Caparrós no murió el 4 de diciembre de 1977 en el transcurso de una manifestación por la Autonomía de Andalucía. De aprobarse la llamada Ley sobre la Memoria Histórica, tal y como consta en el
Proyecto de Ley, será cuando de verdad muera. Hasta entonces observemos un instante su vida actual e imaginemos tres posibilidades de existencia, de conformidad con las circunstancias sociales y personales que en él albergaban.

Una. Es de noche y unos coches policiales se aproximan a su
barriada pues hay orden de entrada y registro en su domicilio y debe cumplirse. Aún hay gente por las calles y niños jugando en la plaza a la que da el callejón donde se encuentra el domicilio que se va a inspeccionar. Otros coches camuflados vigilan y esperan en una bocacalle próxima. Cerca de éstos pasan algunas personas muy deprisa sin percatarse de su presencia imbuidos en un mundo que es su única obsesión y horizonte: la droga. Por lo demás en el barrio se respira el trasiego de cualquier otro día y una vez recibida la consigna todos ellos enfilan velozmente hacia el destino y los policías se dirigen a la casa con una mano siempre apoyada en la pistola realizándose la entrada en escasos minutos.

El barrio entero se pone en alerta, y la gente se arremolina en las ventanas y en los portales ante el ruido estrepitoso de las roturas de las puertas. El titular de la vivienda está solo y no le ha dado tiempo a deshacerse de los recortes de plástico donde envuelve la droga ni de las papelinas ya preparadas para el consumo o la venta. Mira sin asombro como si esto lo esperara desde hace tiempo o como si ya lo hubiera vivido; posiblemente sea debido a ambas cosas. Desde que dejó el trabajo esporádico que tenía, hace muchos años, en Cervezas Victoria su vida fue de mal en peor nunca consiguió un empleo fijo y el mundo de la droga fue lo más accesible. No dice nada sobre la cascada de preguntas que le van haciendo; sólo contesta afirmativamente cuando se le pregunta si su nombre es Manuel José García Caparrós.


Dos. Un hombre de cincuenta años atiende afanado y empapado de sudor la barra de un bar. Es el momento en que los demás han dejado de trabajar y se reúnen a tomar unas tapas o a cenar, y es cuando más trabajo ha de atender. Su mujer, desde la cocina, va sacando los platos preparados para que él o alguno de sus hijos los sirvan en las mesas o en la barra. La mayoría de los clientes lo llaman por su nombre para pedirle una cerveza o un vino o le sacan conversación sobre algún tema pero casi no tiene tiempo de responder a las bromas o a las conversaciones que le inician. Sus hijos lo tratan con cariño y respeto y a él se le nota, a la par que preocupado, orgulloso de ellos. Toda la familia vive en la calle La Unión desde siempre y allí es donde tiene el bar. Lejos han quedado sus empleos eventuales y, hoy, no quiere ni recordar la cantidad de trabajos por los que ha ido pasando hasta montar un negocio de su propiedad.

Tres. Acaba de llegar de Sevilla donde toda la semana ha estado de reuniones y de negociaciones entre partidos. La vida del político es muy ajetreada, afirma. Su trayectoria política la inició siendo delegado sindical en Cervezas Victoria en 1977 y desde entonces, de una u otra forma, siempre ha estado en la política. Actualmente es parlamentario andaluz aunque por poco tiempo pues piensa presentarse a la Alcaldía de Málaga. Cualquier vida hubiera sido posible y eso nunca lo sabremos sin embargo sí hay varias certezas absolutas: que a él lo mataron cuando participaba en una manifestación por la Autonomía de Andalucía el 4 de diciembre de 1977 y ninguna de esas posibles existencias, ni ninguna otra, las ha vivido.

No todas las víctimas de ese periodo histórico van a ser iguales en el proyecto de esta Ley pues en el artículo diez se regula el reconocimiento y también la posibilidad de obtener una indemnización de 135.000 euros a favor de las personas fallecidas durante el tiempo comprendido entre el 1 de enero de 1968 y el 6 de octubre de 1977. ¿Por qué esas dos fechas? La primera, porque es la de arranque de la Ley de Víctimas del Terrorismo; la segunda, impuesta por la Ley de Amnistía de 1977. De este modo quedarían incluidos en su ámbito, según estudios realizados, unas 40 personas, entre ellas los abogados laboralistas de Atocha, los sucesos de Montejurra o el caso de Vitoria. Sin embargo, ni Manuel José García Caparrós ni Javier Fernández Quesada quedarán amparados a pesar de ser casos muy similares a algunos de los nombrados.

Ninguno de ellos serán, legalmente, victimas de la Transición ¿Por qué? simple y llanamente porque los mataron pocos días después de la Ley de Amnistía. La fecha del punto final. Pero la fecha del punto final pudo haber sido otra más lógica: la de la entrada en vigor de la propia Constitución y así se recogía en las primeras proposiciones de ley y en algunas enmiendas.
Es más, puede que, en ciertos aspectos, la Ley de Amnistía sea nula pues la obligación de reparar a las víctimas de la dictadura deriva del Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la ONU de 1966 el cual fue ratificado por España en 1977 y entró en vigor el 27 de julio de ese mismo año. Es decir, la Ley de Amnistía la obvió y es un principio jurídico básico que un tratado internacional ratificado forma parte del derecho interno y debe ser respetado. Según palabras de López Garrido el consenso que ha conseguido el PSOE con IU-ICV, PNV, CIU y parte del Grupo Mixto para lograr este Proyecto de Ley se ha basado «en el espíritu de la Transición» y es loable que así haya sido, sin embargo, de la Transición sólo se ha tenido en cuenta el espíritu y algunos hechos que en ella acontecieron pero no todos, sirva de ejemplo los casos de García Caparrós y Fernández Quesada. Entonces, es que Andalucía y Canarias ¿aún siguen siendo diferentes?. Tribuna. Rosa Burgos López